Es el hambre y no la fe
lo que mueve las montañas.
Es el hombre y no la ciencia
quien mantiene la esperanza.
Es el hambre y no la rabia
quien te tienta las entrañas.
Es el hombre y no la lógica
quien sueña y quien canta.
La pasión de ser comienza
donde acaban los fantasmas.
M.A.N.H. (12/08/12)
el hombre sin fe, sin hambre, sin esperanza simplemente marca el paso en el mismo lugar
ResponderEliminarla fe, el hambre la esperanza son catalizadores de movimiento como hay muchos otros que hacen mover y buscar respuestas
buen inicio de semana Miguel, un abrazo fraterno
Como tú bien expresas, la fe, el hambre, la esperanza son catalizadores del camino en que cada uno se encuentra. En ese camino, intentaba delimitar donde quedan los fantasmas que nos impiden ser, ahogando nuestras expectativas. No hay una apuesta ni por la fe, ni por la ciencia, ni por la rabia, ni por la lógica, sino por el hombre (o la mujer) y por su hambre de ser.
ResponderEliminarSalu2. Elisa y mi abrazo fraterno.
¡Qué bueno, Miguel! El hambre de ser, eso es caminar...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, preciso y directo.
Un abrazo.
¡Hola Mafalda!
EliminarUn gusto tenerte por acá. Gracias por tu comentario. Esa era la intención del poema: resaltar el hambre de ser frente a esas ideas omnipresentes que nos dicen qué o cómo debemos ser. De alguna manera, vivir es estar en camino y, como dijo Machado, mejor "ligero de equipaje"
Salu2. y un abrazo también para ti.
Tan cierto como claro, como, poético! Un abrazo poetamigo.
EliminarCelia
Un abrazo, Celia. Gracias por tus palabras.
Eliminargracias por tu huella y tu subjetiva interpretación, así pasa siempre
ResponderEliminarcada quien lee según su misma forma de ser
abrazo y feliz semana