Basta ya de ser colillas apagadas
del cenicero de los mares.
Ombligos de la sed
sólo un placer de humanidad nos puede.
Pedro García Cabrera
Hombres como semillas sangran la arena,
cerrados a cal y canto, solitarios.
Hombres como árboles
dibujados contra las sombras y los espacios,
sangran por el viento y la marea.
Apagados como soles cansados,
como lunas dormidas en el quicio de las puertas.
Sangran los bolsillos sin respuestas
que dar a las madres que lloran la ausencia.
Hombres como caballos de altos vuelos,
como formas de cerradas furias,
de perdidos colores su paño de lágrimas.
¿Hasta cuándo los ojos crispados,
las venas secas, la lengua abierta?
¿Para cuándo el crepitar de una sonrisa
de rebeldía contra las fauces que esperan?
"Ombligos de la sed" - como dijo el poeta -
hombres, hermanos nuestros, que sangran
la arena levantada en el galopar de la angustia,
del hambre de pies inquietos, de la certeza
de brazos alzados
contra horizontes que se cierran.
M.A.N.H. (11/09/12)
Me gusta mucho cómo te expresas.
ResponderEliminarUn fraternal abrazo.
Y a mí que me leas. Salu2.
Eliminar"Hombres como semillas sangran la arena", qué expresivo tu poema, Miguel A. ¡Hay tantos horizones que se cierran ante el hambre de pies inquietos, hay tanta angustia deambulando!
ResponderEliminarMagnífico poema, de los que calan y dejan un hueco en el corazón y mil preguntas en la cabeza.
Te felicito. Cada vez me engancho más a tus letras.
Abrazos desde el norte donde ya tampoco hay horizontes.
Hombres que se pierden para gestar el mañana. Semillas de valiosa humanidad regadas por doquier, en la intemperie. Voces en silencio que gritan una oportunidad. Miradas del hambre ante horizontes de fronteras e incomprensión.
EliminarGracias por tu enganche y conexión. Abrazos desde este norte también, tan al sur.
Muy hermoso el poema. Tremendamente expresivo.
ResponderEliminarNo sñe el día que crepitrán las sonrisas, quizás ya se nos ha hecho tarde, sin duda ya se está tardando demasiado...
Nunca será tarde aunque nosotros no lo veamos. Al fin y al cabo, como también dijo el poeta, "sólo un placer de humanidad nos puede". Salu2. Archivista y gracias por tus palabras.
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