viernes, 4 de mayo de 2012

LUZ DE TUS MANOS

Luz de tus manos es mi mirada
hecha de huellas digitales
que emborrona papeles ajados
por el tiempo y la nostalgia.

Luz que muestra los perfiles
que las sombras van creando
entre certezas de mentiras
que aprendimos con la rutina.

Luz que se derrama húmeda
entre sequedades, entre espacios
anegados de silencios que vuelven
a despertar del letargo de las horas.

Luz, sustancia ya efímera,
energía sublimada, caricia
que acompaña el devenir,
potencia de infinita ternura.

¿Hasta dónde luz para tus ojos,
sed para mis labios, alma
para los pasos que se pierden
entre caminos bifurcados?

Aprendamos de esa luz
que nos sorprende en la derrota,
que se implanta contra toda
esperanza, que nos conmueve

los años de tropezar
contra las mismas razones,
las mismas y duras piedras
que entorpecen nuestras ansias.

M.A.N.H. (6/4/12)


RECOBRAR LA LUZ

Recobrar la luz, aún a ciegas,
paso a paso, a contracorriente,
violentando la sombra amarga
de la cansina quietud de siempre,
forzando la vista contra cristales
de piedra, contra erizadas pieles
desnudas, abiertas en canal,
sangrantes, en la mar ausentes.

Recobrar la luz contra todo
pronóstico, con la mirada huida,
la locura emergiendo de las venas,
paladeando la sal de la vida
seca la entraña, amargo el vino,
presto a allanar el suicida
túnel de la nostalgia, gacela
que rueda desbocada, perdida.

Recobrar la luz, en la acromatopsia
de tintas de colores mezclados,
pulsando la paleta de la palabra
como arma, barco de naufragios,
con que alzar el iris al infinito,
buscar en el espejo el otro lado,
el reverso de las cosas que unen
o separan para encontrar lo soñado.

M.A.N.H. (22/2/12)


HUMEDAD

Humedad que me habita,
carne que se desangra
contra paredes alzadas,
grito que inunda la pupila,
que socava la esperanza.

¿Cuándo abrirás el velo
del llanto que diluya
cuanto toca, que hunda
sus raíces en el cieno,
para dar sentido a tanto
avanzar a ciegas,
                tropezando?

           MANH (1/2/12)


SILENCIO

Silencio, todo era silencio
en el ruido imperante,
la agitación de los sentidos
contra sombras en las paredes.

Por orden de la altura
se desnudaban infortunios,
que representaban destinos
de cansina muerte cotidiana.

Todo silencio en pupilas y ojos
abiertos como lunas dormidas,
como zarzas ardiendo
en el sinsentido del cielo oscuro.

Despiertas de la luz para oír
el viento susurrar el silencio,
enumerar el olvido y su huella:
nostalgia de aquellos años

En que la vida corría despacio,
donde los sueños naufragaban
uno a uno, con la pena,
para renacer entre palabras

escritas en el silencio.


M.A.N.H. (marzo-abril 2012)