Buen poema que parece continuarse con el anterior de ambiente de mar y arena. Sabes trasmitir sentimiento y sensibilidad, como el buen poeta que eres. Besos.
Hola Loli. Sí, supongo que como Nicolás Estévanez escribía: "mi espíritu es isleño / como las patrias rocas, / y vivirá cual ellas / hasta que el mar inunde aquellas costas" y eso condiciona... al menos con soñar ser gaviota. Gracias por tus palabras de afecto. Un abrazo también para ti.
las arenas son el mismo tiempo y nuestro lamento por generaciones osario crepuscular , esa sal que nos envuelve cual mortaja al océano volvemos , cuna de plata
es lo que me ha provocado al leer tu poema Miguel abrazos y feliz comienzo de semana
Miguel Ángel, es cierto que buscamos el mar, no sé si sedientos de salitre, pero sí con alma de gaviota para remontar el vuelo, y ver desde el azul, la belleza contenida, en el mar, en la arena, el los acantilados, y sobre todo en sus aguas turquesas y sus olas de espuma y viento.
Hola Ángeles. El mar ni como final ni como comienzo, tal y como Juan Jiménez - poeta canario - recomendaba a sus hijos aprender, como metáfora sabia, como parte de su legado. Un saludo.
Quiero que mis hijos vayan por la vida con conciencia de que el mar no acaba aquí y que no es aquí que empieza. Que sepan que va de largo. Que si se para en la arena lo hace para descansar y ver las cosas de cerca
Un "regazo de gaviotas" Son tan poéticas estas aves... Su vuelo es un puro oleaje en el aire, un oleaje blanco y preciso... Un bonito poema, Miguel. Un abrazo.
¡Qué mejor regazo y fuente de inspiración! Proyectarse en el aire como gaviota y "volar adonde yo quiera", como dice la canción, aunque sea con la imaginación. Gracias Aurora por tus palabras. Un abrazo.
Buen poema que parece continuarse con el anterior de ambiente de mar y arena. Sabes trasmitir sentimiento y sensibilidad, como el buen poeta que eres. Besos.
ResponderEliminarHola Loli. Sí, supongo que como Nicolás Estévanez escribía: "mi espíritu es isleño / como las patrias rocas, / y vivirá cual ellas / hasta que el mar inunde aquellas costas" y eso condiciona... al menos con soñar ser gaviota.
EliminarGracias por tus palabras de afecto. Un abrazo también para ti.
las arenas son el mismo tiempo y nuestro lamento por generaciones
ResponderEliminarosario crepuscular ,
esa sal que nos envuelve cual mortaja
al océano volvemos , cuna de plata
es lo que me ha provocado al leer tu poema Miguel
abrazos y feliz comienzo de semana
Gracias Elisa por pasarte por acá y por tus poéticas palabras.
EliminarAbrazos también para ti y buena semana.
Miguel Ángel, es cierto que buscamos el mar, no sé si sedientos de salitre, pero sí con alma de gaviota para remontar el vuelo, y ver desde el azul, la belleza contenida, en el mar, en la arena, el los acantilados, y sobre todo en sus aguas turquesas y sus olas de espuma y viento.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo.
Hola Ángeles. El mar ni como final ni como comienzo, tal y como Juan Jiménez - poeta canario - recomendaba a sus hijos aprender, como metáfora sabia, como parte de su legado.
EliminarUn saludo.
CANCIÓN DE LOS HIJOS
EliminarQuiero que mis hijos vayan
por la vida con conciencia
de que el mar no acaba aquí
y que no es aquí que empieza.
Que sepan que va de largo.
Que si se para en la arena
lo hace para descansar
y ver las cosas de cerca
...
Juan Jiménez
El mar es nuestra verdadera patria.
ResponderEliminarDe allí vinimos y del alguna forma allí volveremos.
Saludos.
Sí es el mar es cuna y osario, desde el que proyectarse y hacia el que volver, cansados, a su regazo materno.
EliminarSalu2. Toro y un gusto verte por acá.
Un "regazo de gaviotas" Son tan poéticas estas aves... Su vuelo es un puro oleaje en el aire, un oleaje blanco y preciso...
ResponderEliminarUn bonito poema, Miguel.
Un abrazo.
¡Qué mejor regazo y fuente de inspiración! Proyectarse en el aire como gaviota y "volar adonde yo quiera", como dice la canción, aunque sea con la imaginación.
EliminarGracias Aurora por tus palabras.
Un abrazo.
Los Isleños somos así, casualmente tengo un par de fotos con los pies es la orilla, quizá esperando "que me crezcan alas..." Saludos amigo.
ResponderEliminarTú ya tienes alas, Celia. Las alas de la imaginación y de la palabra. Te debo una visita, que no se me olvida. Un fuerte abrazo, poetamiga!
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