A mi padre
Por calles ya sin lágrimas,
camino
al filo de las sombras.
Voy
bajo el paraguas gris
de la memoria,
recorriendo
tus huellas siderales.
Atrás quedan
los días soleados,
el alféizar de las ventanas,
el pozo de tus ojos.
Quizás mañana
te vuelva a encontrar
enredado en los sueños.
Será el olvido.
M.A.N.H. (19/10/15)
Quizás mañana ya no importe el olvido, pero hoy no se olvida...Me gustó mucho.
ResponderEliminarEl olvido siempre es un descanso, aunque duela. Lo malo son los sueños, que vuelven, aunque distorsionada, la memoria.
EliminarGracias por tus palabras.