La palabra es una bala
que se dispara
o se guarda en la recámara.
El blanco ¿Quién sabe?
Acaso ha llegado el momento
de bordear el precipicio,
poner blanco sobre negro
el vértigo y la altura
y dejar atrás el alambre,
la tortura del silencio.
Mas el tiempo es también
parte del óxido cotidiano
y socava y destruye el ansia
de ser frente a lo que se es;
y por ello surge la metáfora
como visillo contra la luz,
como escapatoria
y destino.
La palabra sucumbe
en la metáfora
como pájaro aherrojado
como huella en el cemento.
M.A.N.H. (31/07/12)
así es , ya lo dijo Gabriel Celaya " La poseía es una arma cargada de futuro", y con las palabras le contruimos
ResponderEliminarun abrazo y feliz fin de semana
Lichazul, gracias por tu lectura y valoración. Recibe tú también mi abrazo y mis buenos deseos de felicidad.
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