martes, 13 de enero de 2015

EL SAPO

El sapo azul de la vigilia
me envuelve
en su grito gastado.
Recorta el filo de las sombras.
En mis hombros descansa.
Afuera caen
lágrimas de alabastro
que lavarán la piel
del día.
Oigo el sonido
de los huesos al chocar
con el silencio.
Vislumbran la batalla
de los ritos cotidianos,
su repetición.
No miente el sapo,
que se cuela en el duermevela,
conoce el peso de los sueños
que,
con impudicia,
combate.

M.A.N.H. (11/01/15)

2 comentarios:

  1. ¡Qué peligrosos son los sueños para los sapos! Un saludo.

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  2. Los sueños y la vida real, por eso se empeñan en contrariarla... Los sapos y los inventores de sapos!
    Otro saludo para ti, amigo Luis.

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