Ojos de tul y manzanilla contemplan
desde la arrugada fotografía
ascuas
de una tarde
irisada por el viento
La mano -sepia ya-
a la altura del pecho izquierdo
proclama
de la risa caminos
que cantan las pupilas
Aún estaba por venir
el amargor de las naranjas pasadas
Y
entre nubes
condescendiente
la luna
M.A.N.H. (01-05-17)
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