sábado, 25 de mayo de 2013

NO FUE CON EL PEDERNAL

No fue con el pedernal,
ni con las primeras
aleaciones de metales ligeros,
ocurrió con el bronce
- duro como piedra -
y más tarde con el hierro,
- padre de civilizaciones -
que la ambición y el poder
sirvieron de cauce al hurto
y con el hurto a la sangre
y con la sangre al llanto
y con el llanto al miedo
y con el miedo vino la represalia
y con ella de nuevo la sangre,
que regaba los campos
abandonados al sol,
que pintaba las puertas de las casas
para distinguir a los amigos
de los enemigos,
que asignaba propiedades
y distinciones,
condenaba o resarcía,
y precedía al hambre,
las enfermedades y la explotación.

No fue con el pedernal
que portaba el hombre con orgullo y asombro
- herramienta de otras herramientas -
ni con las primeras
aleaciones de metales ligeros
- útiles para la manufactura
de objetos de la vida cotidiana -

Fue con el bronce y el hierro
que dejamos de mirarnos las manos
- nunca ociosas, siempre en movimiento -
para sopesar el esfuerzo y el rendimiento,
calcular beneficio y tiempo,
aliento y destino,
para tomar la senda del progreso:
esquilmar la tierra -convertida en bien-
desecar lagos y ríos
para mejor poseerlos,
contaminar el aire para hacerlo nuestro
y someter la cultura material e inmaterial
al proceso de intercambio
- sumo sentido -

De las plagas del hombre
- en su capricho divino -
las guerras de apropiación
y conquista surgieron
con el uso de los metales pesados:
primeras armas
de destrucción masiva.

De la Era del Bronce,
según el National Geographic,
datan las primeras fosas comunes
de huesos humanos amontonados,
de cadáveres muertos violentamente;
y seguidamente las razias esclavistas,
el robo de la tierra y su dominio,
la sumisión patriarcal,
la propiedad privativa,
la violencia instituida
que se convierte en orden social
- distribución en castas -
y en organización del trabajo.


M.A.N.H. (15/03/13)